“¿Quieres multiplicar tus ganancias online?”
“¡Estás en el lugar adecuado! Voy a revelarte un secreto que transformará por completo tu enfoque. Estoy hablando de una estrategia de alto nivel que aumentará tus conversiones y disparará tu ROAS.
¡Todo gracias al increíble poder del lead magnet!”
Recientemente escuché a un "Mega Master Rockstar" del marketing digital expresarse así en Instagram.
Cuando estos "expertos" utilizan un lenguaje tan cargado, generalmente se pueden identificar dos posibilidades:
-> No comprenden realmente lo que están diciendo y están tratando de disimularlo con jerga técnica;
-> Saben de lo que hablan pero optan por impresionar con terminología especializada.
En cualquier caso, a menudo se pierde el mensaje real.
Aún así, considero que es fundamental que como emprendedores y dueños de negocios entendamos estos términos, al menos lo suficiente como para discernir si lo que nos están diciendo tiene sentido.
La lógica solo se puede aplicar si se comprende el discurso, así que vamos a ello.
ROAS – Return On Ad Spend/Retorno sobre Inversión en Publicidad.
Es un indicador que mide cuánto dinero ganas por cada peso que inviertes en publicidad. En otras palabras, te muestra si tus anuncios están siendo rentables. Por ejemplo:
Pones un anuncio en una red social e inviertes $1,000 pesos. Gracias a ese anuncio generaste $3,000 en ventas. Lo único que tienes que hacer para saber tu ROAS es dividir lo que ganaste entre lo que invertiste:
ROAS = $3,000/$1,000
ROAS = 3
Si tu ROAS es de tres, significa que recuperaste 3 veces tu inversión inicial. Otra forma de decirlo es que por cada peso que invertiste, ganaste $3. Nada mal.
Ahora te dejo un pequeño ejercicio. Si invertí $1,500 en un anuncio y vendí $4,800 como resultado. ¿Cuál fue mi ROAS o retorno sobre la inversión en publicidad?
Así de sencillo. Entonces si el Mega Master Sensei Marketero te dice que puede conseguirte un ROAS de 6, pues ya sabes a qué se refiere. Y de ti depende la decisión de si es factible o no lograr esos resultados.
Retargeting
¿Alguna vez has entrado por pura curiosidad a ver un perfume en un sitio web pero no lo compraste y luego te aparece el mismo perfume en Facebook?
¡Me están espiando! Gritan los neófitos. Pero tú y yo somos más sofisticados.
No es que la mafia del poder corporativo mundial nos esté grabando o poniendo un robot-mosco miniatura en nuestra regadera para hacerse millonarios a costa de nuestros momentos íntimos. Además, espiar implica hacer algo a escondidas. En secreto. Y el píxel de Facebook (Meta se llama la empresa) y las famosas cookies no son ningún secreto. Su uso está ampliamente difundido y cada vez se requiere menos destreza para saber cómo usarlos.
El retargeting implica dirigir anuncios específicos en redes sociales o correo a tu prospecto, basados en sus interacciones previas en tu sitio web, como en el caso del perfume. Lo que buscamos es recordarle el producto que le gustó y animarlo a comprar.
Para hacer retargeting, inicias colocando un pedacito de código en tu página web que te permita saber qué hizo la gente ahí, incluyendo:
Páginas en el sitio a las que entró un visitante;
Si agregó un producto al carrito de compras;
Si completó alguna compra;
Si registró sus datos en algún formulario;
Si vio algún video.
La verdad es que es una excelente herramienta porque como el posible comprador ya mostró interés en algún producto en específico, está un poco más cerca de comprar, muchas veces solo ocupa un pequeño empujón como un recordatorio o una promoción especial.
- Yuban González