¿Cuál es la mejor decisión que has tomado? ¿Y la peor?
Y lo más importante ¿Qué has aprendido de ellas?
Te dejo algunas notas que he recogido de diversas fuentes y de mi experiencia propia para que puedas tomar mejores decisiones:
No te esperes a tener toda la información disponible para tomar una decisión. El 100% de información no garantiza una buena decisión, además, si esperas a tener toda la información disponible podría ser demasiado tarde.
No decidir también es una decisión. Si escoges esta opción los problemas te estallarán en la cara tarde o temprano. En cuyo caso, decidir mal es mejor que no decidir. (ver punto No. 10 )
No pidas opiniones si solo son para confirmar lo que ya decidiste que vas a hacer. Busca información que refute tu intuición inicial y que amplíe tu panorama.
Cuando vas rápido equivocarás muchas de tus decisiones. Por ello nunca pienses que una decisión es una decisión final. Siempre piensa que son provisionales. Esto te permite flexibilidad mental para cambiar de rumbo sin juzgarte.
Si entre 2 opciones escoges una y salió mal, no te atormentes, no hay forma de saber si la otra opción hubiera sido mejor en su momento.
No todas las decisiones se toman con información cualitativa, busca en lo posible datos duros (números) que la soporten. Pasa del “creo que” a “deja te muestro”.
Los datos son esenciales pero también lo son el buen juicio e instinto.
Una decisión vale en la medida que le des seguimiento.
Utiliza marcos, matrices, etc., para tomar decisiones como DARE o Premortem.
Aunque con el tiempo irás tomando mejores decisiones, la habilidad no. 1 que puedes tener no es tomar buenas decisiones, sino corregir rápidamente el rumbo si te equivocaste.
Espero estas notas te ayuden en tu camino.
¡Hasta el próximo miércoles!
- Yuban González