Post-mortem es la examinación del cuerpo de un fallecido para determinar la causa de muerte.
Llámale también autopsia.
El daño ya está hecho y con ello descubrimos que fue lo que pasó.
No solo las personas fallecen.
También los proyectos empresariales.
Y si nos vamos al terreno empresarial a una junta post-mortem de un proyecto fallido, normalmente encontraremos gente apuntando el dedo a los posibles culpables, sean personas o circunstancias.
No es bueno personalizar los problemas, claro, pero hay que diseccionar y analizar qué fue lo que pasó para evitar que vuelva a ocurrir.
¿Y si pudiéramos prevenir esos fallos desde un inicio?
Aquí hace su entrada el premortem.
Premortem (contrario a post-mortem) es trabajar en retrospectiva a partir del punto hipotético de fracaso.
Premortem no es exactamente un análisis de riesgos.
Premortem es suponer que el proyecto falló.
Premortem es preguntar:
¿Por qué no funcionó? Aunque todavía no arranques.
Muchos emprendedores y ejecutivos suelen ser excesivamente optimistas en relación al cumplimiento de objetivos y se vuelven miopes.
> Evita el sesgo de confirmación en donde solo prestas atención a información que confirma lo que ya piensas: que inevitablemente tendrás éxito.
> Evita el sesgo optimista que te hace pensar que tienes pocas probabilidades de experimentar eventos negativos porque el futuro será mejor que el pasado, es decir: pensarás que inevitablemente tendrás éxito.
Habla con tu equipo previo a un proyecto y dale la oportunidad a todos de aportar su diagnóstico de porqué falló el proyecto. A todos. Aumenta tus probabilidades de éxito permitiendo que gente preocupada por puntos débiles hablen abiertamente.
Recuerda explicarles el objetivo de la dinámica. No los agarres en frío.
Yo me confieso ahora fan del premortem despues de varios proyectos fallidos.
Mucha gente lo confunde con negatividad.
No es negatividad.
Es una herramienta estratégica que podrá hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso de tus proyectos.
¡Hasta la próxima!
- Yuban G