De hecho te propongo 2 puertas.
Hay más, pero vamos a simplificar las cosas.
Tienes 2 opciones: la consultoría experta o la facilitación, y para ello vamos a remitirnos a una muy buena herramienta desarrollada por Gordon y Ronald Lippit para explicar esto:
Por un lado tienes la consultoría experta en donde casi toda la carga de soluciones la tiene el consultor. Básicamente el cliente pregunta y el consultor experto responde con base en su experiencia práctica y educación continua, emitiendo recomendaciones que el cliente tiene que ejecutar con precisión para que funcionen.
Para poder ofrecer una consultoría experta, necesitas varios años de experiencia en un área en particular:
Consultoría financiera.
Medio ambiente y energías renovables.
Ingeniería.
Logística para supermercados.
Ciudades inteligentes.
Análisis de datos.
Plataformas petroleras.
Mantenimiento de aviones.
Por mencionar solo algunas opciones.
Si no tienes mucha experiencia en un ramo en particular está el otro lado que es la consultoría colaborativa a cargo de un facilitador (consultor).
En este tipo de consultoría, es el grupo el que propone los problemas a solucionar (¿Qué?) y el facilitador pone los procesos para lograrlo (¿Cómo?)
Esto te permite trabajar con diferentes equipos en diferentes empresas sin importar el sector industrial.
Este es el tipo de consultoría que yo hago en Insight Business Education.
Aquí lo importante es que cuentes con algún método para la solución de problemas. Una serie de pasos ordenados, sistemáticos y repetibles que puedes usar como guía para llevar a los equipos a lograr sus objetivos. Si no cuentas con algún método solo estarías improvisando y es fácil caer en el desprestigio tanto tuyo como de la profesión.
Lamentablemente actualmente vivimos en un mundo donde cualquiera se autonombra “consultor” o “coach”, y estas palabras han perdido su relevancia.
Al aumentar el número de consultores, también ha aumentado el número de emprendedores y ejecutivos que se sienten defraudados por los malos resultados y el dinero que han perdido gracias a “consultores” que los han convencido de invertir en ellos sin contar con experiencia real, sólo por el solo hecho de que hacen 3 cosas muy bien:
Leer mucho y plasmarlo en una diapositiva de powerpoint.
Hablar en público sin pena.
Hablar bonito para convencer.
Pero les falta sustancia y experiencia trabajando frente a grupos en conflicto.
No. Es. Fácil.
Conozco amigos emprendedores que han perdido negocios por una muy mala asesoría.
→ Es muy fácil decirle a un cliente que le dé autonomía a su gente para que sean más productivos, pero del dicho al hecho hay muchas variables y las cosas se salen fácilmente de control.
→ Es muy fácil decirles que la misión de la empresa es lo más importante pero no cuando hay problemas financieros y la nómina está en riesgo.
Y todo porque solo están replicando lo que leyeron en un libro. No saben realmente resolver problemas complejos.
Aquí te dejo una breve guía para que detectes a los improvisados.
Vamos a recapitular:
¿Tienes mucha experiencia en un área en particular? Vende servicios como consultor experto a empresas específicas en industrias específicas.
¿No eres especialista pero tienes algún método probado para llevar a los equipos a eliminar sus problemas y mejorar sus resultados? Tal vez la facilitación sea lo tuyo.
Toma en cuenta que:
→ No es fácil. Requieres actualización constante y seguir adquiriendo las habilidades (negociación, comunicación, inteligencia emocional, psicología, etc.) para ofrecer siempre las mejores opciones a tus clientes.
→ Hay muchas formas de iniciarte en esto. Trabajas en una consultoría, tomas una certificación legítima, consigues un mentor, etc.
→ Muchos consultores fracasan por no saber vender sus servicios. No es suficiente con ser muy bueno en ello, si la gente no sabe que existes no lograrás una carrera en la consultoría y los improvisados se llevan la chamba por saber vender mejor.
¿Nos leemos el próximo miércoles, colega?
- Yuban González