Alguna vez, le pagué a un diseñador gráfico $5,000 de aquel entonces para que me diseñara el logotipo para un negocio nuevo.
Le di la mayor cantidad posible de detalles de la visión abstracta e impactante que tenía en mi cabeza para que la trajera a la vida.
Me gustó. Por lo menos yo no podría haberlo hecho.
El asunto es que en más de 10 años y hasta que cerró el negocio, nunca, nadie, en ningún lugar, me preguntó qué significaba, ni lo chulearon, ni pidieron recomendaciones de dónde lo había mandado a hacer.
Nada. Ni empleados, ni proveedores, ni clientes, ni familia.
Fue totalmente irrelevante.
Esto no significa que debas ignorar el diseño de un logotipo o la elección de un nombre comercial; sin embargo, al iniciar un emprendimiento, la generación de dinero en grandes cantidades debe ser tu prioridad.
En algunos países, incluyendo México, es común la tendencia a invertir demasiado tiempo y dinero en la creación de marcas y logotipos, a menudo incluso registrándolos ante institutos de propiedad industrial para proteger una idea que lo más seguro es que no tenga gran impacto en el éxito de tu negocio.
En contraste, en países como Estados Unidos o Francia, se observa una mentalidad distinta, donde se valora primero el generar un flujo constante de clientes.
Se nota en los anuncios de las fachadas de algunos negocios:
Simplemente ponen en letras grandes y con claridad lo que puedes encontrar ahí.
Si ves en la fachada de un negocio el nombre Stesso® ¿sabes a que negocio se refiere? Yo tampoco.
Es poco probable que alguien se acerque a comprar a tu establecimiento porque se vio atraído por un bonito logo. Sobre todo si no tiene idea de qué es lo que vendes ni cómo le puedes ayudar a resolver su deseo o necesidad.
Dedícale tiempo y dinero a logotipos, cuando lo que realmente importa de tu negocio, esté establecido.
Hasta la próxima.
Yuban González