Siempre que en la empresa intentes introducir alguna iniciativa, la probabilidad de que enfrentes resistencia al cambio por parte de las personas es alta:
Nuevo software.
Nueva estrategia de ventas y/o marketing.
Cambios en políticas de compensación.
Reestructura departamental.
Nuevos supervisores o directivos.
Cambios en la evaluación de desempeño.
Y lo que se te ocurra.
Lo primero que hay que entender son 2 cosas:
1. La resistencia al cambio no siempre es generalizada. Es importante que tengas claridad de parte de quién y de dónde viene la resistencia. Muchos managers pierden tiempo y se lo hacen perder a otros en reuniones innecesarias tratando de convencer al equipo de la importancia del cambio cuando solo son un par de personas las que realmente se están resistiendo.
2. Los humanos tenemos algo que podemos llamar “cerebro reptiliano”, que se encarga de mantenernos vivos. Nos da los instintos de supervivencia para generar una respuesta de pelear o huir dependiendo la situación.
Cuando una persona recibe una orden directa sobre cambios a su rutina – la cuál le da sentido de seguridad, familiaridad y confort – inmediatamente se activan estos instintos y tratamos de proteger aquello que nos es conocido.
La resistencia al cambio se da entonces cuando tenemos la percepción de que nos están tratando de imponer algo. Genera en las personas una “motivación” para no hacer lo que alguien nos está tratando de obligar a hacer.
No hay que confundir resistencia con oposición.
Cuando una persona se resiste a los cambios tiene una respuesta psicológica y emocional.
Una persona que se está oponiendo lo hará de manera clara y abierta. Es un tipo de respuesta más lógica y racional que requiere otro tipo de habilidades para manejarla. Piensa en las peleas en algunos sindicatos cuando hay procesos de cambio de dirigencia. Esa no es resistencia, es una clara y abierta oposición cuando no gana el candidato que un grupo estaba apoyando.
La resistencia es una respuesta que se manifiesta en una variedad posible de síntomas como ansiedad, frustración, irritabilidad, aprehensión, desconexión emocional, pérdida de interés, baja motivación, baja de productividad, escepticismo, etc.
¿Qué puedes hacer?
1. Entender que es una respuesta psicológica-emocional ante una percepción de coerción (a menos que sí sea coerción), y que presionar a esa persona resultará en mayor resistencia.
2. La mejor arma siempre es la prevención por lo que cualquier iniciativa que presentes, hazla buscando generar consenso y escuchando las inquietudes desde el inicio. Que tu equipo no perciba coacción de tu parte.
3. Busca entender el punto de vista de la otra persona y escucha genuinamente hasta qué punto le están impactando los cambios incluyendo en su vida familiar o fuera del trabajo. Busca la empatía como primer contacto.
4. No pongas al equipo en contra de los que se resisten. Crea un ambiente abierto y busca ampliar canales de comunicación. Estimula a las personas a expresar sus inquietudes sin miedo usando un estilo de liderazgo tipo coach o afiliativo.
5. Trabajamos en un ambiente laboral con adultos responsables, si las personas se siguen resistiendo eventualmente tendrán que subirse al tren o quedarán atrás. Somos co-creadores de nuestros destinos y todos tenemos responsabilidad, no solo tú. No te castigues si no logras que todos se suban a bordo del proyecto.
¡Hasta el próximo miércoles!
- Yuban González