Ponte tu chamarra y acompáñame a dar una vuelta al supermercado.
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas marcas toman decisiones aparentemente extrañas en cuanto a precios y presentación de productos?
Desde drásticas reducciones de precios que podrían parecer actos de generosidad hasta mensajes como "en apoyo a tu economía mantenemos nuestros precios bajos".
¿Qué se esconde detrás de estas decisiones y cómo funcionan?
Precios predatorios. Implica una estrategia en la que una marca ofrece su producto a precios significativamente más bajos, poniendo en serios aprietos a la competencia que no puede igualar tales precios y tiene que retirarse. Básicamente, significa que están vendiendo su producto con pérdida. No es un acto de caridad hacia los consumidores, sino que están protegiendo su cuota de mercado.
Si ves de pronto un producto excesivamente barato, tal vez estés frente a un producto que está luchando para proteger su territorio. Tal vez.
Obviamente se considera una práctica anticompetitiva y hay consideraciones legales a tomar en cuenta, pero si los directivos están dispuestos a dar pelea, esta es la esencia básica de su funcionamiento.
Shrinkflation o a falta de un mejor término “reduflación”. Si eres un consumidor alerta ya te habrás dado cuenta de esto. Esta estrategia implica reducir la cantidad de producto manteniendo el mismo precio. Frijoles, suavizantes, o productos en general cuyo contenido antes era 1 kilo (o litro), ahora cuestan lo mismo pero en la etiqueta indica 906 gramos, o algo similar. Pagas la misma cantidad de dinero pero recibes menos cantidad de producto, manteniendo la ilusión de que la marca está cuidando tu economía.
Slack fill. ¿Te has saboreado una bolsa grande de Doritos pero cuando la tomas, su contenido no llega ni a la mitad? :-( Esta táctica puede considerarse un tanto engañosa. Aunque la etiqueta indica el contenido neto con precisión, el empaque crea la ilusión de que estás obteniendo "más por menos". Como ejemplo te dejo la cera para cabello Xtreme. Al cambiar su tamaño de presentación, parece que te están regalando más producto pero siguen siendo los mismos 60 gramos solo que en un envase más grande. Si lo volteas, por debajo se ve claramente que solo es una “faldita“ más larga.
Si bien estas tácticas pueden parecer a primera vista hechas para tu beneficio, comprenderlas te permite tomar mejores decisiones.
Como consumidores, es crucial que nos convirtamos en personas mejor informadas. Aprender a leer las etiquetas y no caer en las trampas del marketing te ayuda a ajustarte mejor a tu presupuesto y a mejorar también tus hábitos de consumo.
Como emprendedores, la protección de nuestra empresa y la preservación de las fuentes de empleo son fundamentales. A menudo juzgamos estas tácticas desde afuera, pero solo cuando estamos dentro del competitivo mundo empresarial entendemos la necesidad de tomar decisiones difíciles para sobrevivir.
- Yuban González