El capitalismo es imperfecto.
De entrada, está dejando fuera a mucha gente que no encuentra como insertarse con éxito en este sistema.
La brecha entre rico y pobre es amplísima.
No soy economista ni entraré en discusiones irrelevantes y pseudointelectuales sobre Marx, el capitalismo, el socialismo, etc.
Lo que me gustaría es que si por algún motivo no tienes la abundancia económica para que puedas lograr todas tus metas y sueños, por lo menos encuentres un punto de partida.
Para efecto de nuestro ejercicio imagina una línea divisoria horizontal. Los que viven de esa línea hacia arriba la vida les paga intereses.
Los que habitan de esa línea hacia abajo la vida se los cobra.
Imagina que estás debajo de la línea. Si no tienes suficientes ingresos para digamos pagar el recibo de electricidad, entonces llega la compañía de luz y te corta el servicio. Cuando por fin consigues recursos para pagarla resulta que debes más porque ahora te van a cobrar la reconexión.
¿Lo ves? Ya te están cobrando tus primeros intereses.
Ahora, agarra tu viejo Hyundai 98 y vámonos a la calle. Si por algún motivo los dioses amanecieron de malas y no te ayudaron a esquivar ese bache, no sólo tendrás que pagar la grúa sino además tendrás que reparar tu auto y hasta una multa por obstruir el tráfico.
Y no olvides el pago de la renta, el agua, la despensa, los útiles de los niños y los taquitos el fin de semana porque claro, también hay que divertirse.
El próximo mes eso se repite y entonces quedas ahí atrapado. Y así se vive en esa famosa carrera de la rata por no contar con suficientes ingresos económicos para poder solventar un estilo de vida básico.
Si en algún momento parece que todo se acomodó y ya puedes estar tranquilo se prende el temible foquito amarillo de check engine y volvemos a la carrera.
Eso también le pasa a los que habitan arriba de la línea, pero ellos pueden solventarlo.
Así es que echemos un vistazo a los que habitan arriba de esa línea. Los que ahí viven ya cuentan con suficientes ingresos económicos y ya nunca les cortan la luz por falta de pago, solo por olvido. Y no solo eso, hasta reciben descuentos por pronto pago en diferentes servicios.
Si se prende el foquito de check engine pues lo mandan a la agencia o su seguro se encarga.
Cómo ya tienen algunas propiedades pueden cobrar renta, aumentarla cada año y obtener ingresos adicionales.
Aquí la clave no está en quejarse porque estamos abajo de esa línea. Ni se trata de jalar a los que están arriba hacia abajo sino de encontrar la manera de subir y romper ese techo de cristal que nos impide vivir la vida que queremos.
Allá donde está el cielo de la abundancia económica.
Vuélvelo a leer:
Allá donde está el cielo de la abundancia económica.
Que bien se escucha eso ¿Te gustaría estar ahí?
Si hasta ahorita no he perdido tu interés con mi metáfora de la línea te agradezco que sigas conmigo.
El juego.
Si estás pensando que jugar el juego es robar, ser nepotista, el influyentismo déjame decirte has comprado la idea que te vende el populismo.
Claro que esas cosas existen. Pero es imposible vivir la vida viendo con un solo ojo porque entonces estás dejando de lado la honestidad, el trabajo inteligente y la capacidad de observar la realidad tal cual es.
Saber jugar el juego es poner cuerpo, mente y espíritu para salir de la carrera de la rata y volar en cielos más despejados donde se come bien y sobra para repartir.
Me gustaría decirte que te escribo desde arriba. Que gozo de esas mieles del éxito que atrae lo bueno hacia mí por simple inercia. Pero aún estoy descifrando el gran escape y he dedicado gran parte de los últimos meses a aprender de las personas que ya están donde yo quiero estar.
Me encantaría que recorriéramos este camino juntos y por eso quiero compartir contigo las 3 cosas más relevantes que he encontrado:
1. La gente exitosa lee mucho pero piensa por sí misma.
No hay diferencia entre el que no lee y el que no sabe leer.
En honor a la justicia, conozco gente que tiene abundancia económica y no lee. Gary Vaynerchuck es uno de ellos. Según sus palabras ha escrito más libros de los que ha leído.
La diferencia es que gracias a su capacidad de observación y reflexión, tiene un profundo entendimiento filosófico y preciso de la realidad.
Tomar buenas decisiones no radica necesariamente en la cantidad de libros que lees sino en tu capacidad de pensar, reflexionar y ejecutar sobre lo que lees.
Aunque leer muchos buenos libros ayuda esto no es suficiente. Tienes que dedicarle tiempo a pensar por ti mismo. Digerir las ideas o palabras escritas por otros y pensar que por pura espontaneidad cambiarás tu vida es una idea tonta. Tienes que dedicarle tiempo a tropicalizar lo leído hasta encontrarle aplicación práctica en tu vida diaria.
2. La gente exitosa no es altamente especial solo está altamente entrenada.
Lo más sencillo para mejorar tu situación es dejar de inventar hilos negros.
Casi cualquier problema que puedas tener alguien más ya lo ha tenido y no sólo eso, lo ha resuelto y ha escrito sobre ello. Aprende a caminar por el camino que otros ya han recorrido.
Lo que pasa con el éxito es que cuando finalmente lo logras (lo que sea que signifique para ti) te darás cuenta de que lo encontraste en las cosas más sencillas:
Levantarse temprano
Hacer ejercicio diario
Leer buenos libros
Beber mucha agua
Hacerte presente todos los días.
Ser paciente
3. Las personas realmente exitosas y abundantes abren camino.
Cuando estés en la cima lanza una cuerda. Es la mejor manera de seguir atrayendo abundancia a tu vida. Ni siquiera tienes que estar en la cima, puedes ir a medio camino, créeme, siempre hay alguien atrás de ti que necesita un impulso.
¿Sabes cuál es la peor parte de lograr el éxito? Te darás cuenta de que las personas exitosas te han estado gritando como hacerle durante años, simplemente no estabas escuchando.
Así que ahora es el momento.
¿Si no es ahora cuando?
¡Hasta el próximo miércoles!
- Yuban González