Vamos directo a las acciones que tienes que hacer para que logres desbloquear tu potencial con mayor rapidez, acercarte a tus metas y vencer esa fuerza de gravedad que te ancla en el sitio en el que te encuentras y con el cuál estás inconforme.
Esta es la segunda parte. No es necesario que leas la primera para entender esta, pero si quieres puedes leerla aquí.
1. Aprende a decir NO.
El poder de decir NO a lo que no quieres ni te sirve, te coloca en una mejor posición para decir SI a lo que realmente quieres. Este es un concepto que en un inicio suele costar trabajo asimilar porque implica entre varias cosas, dejar de frecuentar a los amigos de hace muchos años con los que hablabas de las mismas de cosas de siempre remembrando los años de escuela. La gente va a decir que cambiaste mucho y que ya se te subió, que no todo es dinero. Tú déjalos. Mucha gente saldrá de tu vida pero llegarán otros, créeme, también tendrás que dejar ir muchas actividades a las cuales tenías apego.
Decir no, no significa ser groseros con los demás, hay muchas formas diplomáticas de negarte a perder el tiempo en fiestas o entornos que solo te deprimen y en donde ya no tienes nada que aportar, ni los demás a ti.
Normalmente siempre buscamos evitar el conflicto; que nadie ‘se sienta’ y eso te pone en desventaja. Si no encuentras la fuerza para decir no a otras personas o proyectos que no abonan a tu vida, entonces también te estás diciendo no a ti mismo. Si lo logras, este tiempo adicional del cuál dispondrás, no es para que lo dediques a Netflix, sino a construir tu negocio, tu marca personal y mejorar tu enfoque.
2. Dispara, luego apunta.
La falacia del perfeccionismo como me gusta llamarle, es la tendencia a buscar estar preparado al 100% y tener todo listo antes de iniciar algún proyecto. Por eso mucha gente que quiere iniciar su negocio no lo ha hecho porque alega que aún no han terminado la maestría, o ya nada más que empiece su curso de marketing; otros no inician a construir su marca personal en redes sociales porque dicen no tener una cámara profesional o un aro de luz y que así no se puede, en fin, el perfeccionismo es una máscara que usamos para cubrir nuestras inseguridades respecto al ‘qué dirán’; es una forma de retrasar el ser o sentirse juzgados por los demás.
Uno de los problemas fundamentales de usar la excusa de que quieres tener todo listo y perfecto para empezar, es que mientras tú apenas estás apuntando, otra persona ya está disparando. Alguien más ya está en la cancha jugando, con errores y fallas, pero ya está ejecutando. Y tú todavía lo estás pensando. ¿Quieres velocidad? Empieza a ejecutar sin estar preparado y ve calibrando tus acciones en el camino.
3. Haz lo que tengas que hacer aunque no tengas ganas.
Hace algunos meses, te compartí en esta lección que la escasez económica y las deudas inhiben tu capacidad para pensar con claridad, ya que toda tu energía se vuelca hacia la preocupación en lugar de la solución de problemas. Es comprensible entonces el no poder avanzar al ritmo de los que ya llegaron, y encima de eso a veces te sientes inadaptado y atrasado en la carrera por no poder dedicarle 10 horas de tu rutina mañanera a leer, meditar, correr, ir al gym, escribir, ir al sauna, tomar vitaminas y un desayuno de campeones y todo eso antes de llegar la oficina. Bueno, aquí el asunto es que es entendible que si estás pasando por circunstancias difíciles y sobretodo económicas, sucumbas a la negatividad y al desánimo que finalmente se proyectan en tus acciones del día. Que sea entendible no significa que esté bien. Para pintar un cuadro más sencillo, imagina que tu dentista no está de muy buen ánimo para tratar pacientes el día de hoy que toca que te saquen las muelas del juicio. ¿Verdad que esperas que independientemente de sus problemas y circunstancias, dedique su atención plena a tu procedimiento? Es lo mismo en tu vida diaria. Tal vez crees que es muy fácil hoy no hacer esas llamadas de ventas, dejar para mañana ese reel para tu marca personal o que puedes saltarte tu día de pierna en el gym al fin no pasa nada, el problema es que esas pequeñas omisiones se van acumulando a fin de año y te van alejando de tus objetivos a corto y largo plazo. La gente más pro al estilo Elon Musk o Jeff Bezos hacen lo que tengan que hacer aunque no tengan ganas. Tú también puedes hacerlo.
4. Encuentra y explota tu ventaja injusta.
Supón por un momento que tu sueño siempre fue jugar basquetbol para la NBA. Está bien. Solo que tu metro con 70 de estatura no te va a ser de gran ayuda por mucho que lo desees. Por otro lado, tal vez eres una persona muy carismática; sales bien a cuadro por así decirlo. Entonces de manera natural tus videos en TikTok generan interés porque eres una persona agradable a la vista y es más fácil que la gente te dedique unos segundos extras a ver tu video y aumentes así tu posibilidad de engancharlos. Explota eso. Eso se llama tener una ventaja injusta. Es injusta porque es una combinación muy específica de tu personalidad, habilidades, experiencias o competencias que solo tú tienes.
Hay muchos tipos de ventajas injustas y una vez que descubras la tuya, podrás avanzar con mayor rapidez en aquello que decidas. Tengo un conocido que logra hacer amigos con mucha facilidad, su network es enooorme y en cualquier lugar se encuentra a alguien, entonces nunca le falta a quien llamar para pedir favores o ayuda.
La forma más efectiva de avanzar en la vida es explotar las ventajas que tienes en lugar de tratar de convertir tus debilidades en fortalezas. Toma como ejemplo a Donald Trump, empresario multimillonario y lo más seguro, próximo presidente de los Estados Unidos por un segundo término. Al buen Donald no se le da eso de las computadoras. ¿Tú crees que si se pone a tomar un montón de cursos de computación de pronto su éxito se va a multiplicar? Su ventaja consiste en su poder de influencia y marca personal. Es una persona que genera pasiones y los que lo apoyan lo hacen con todo.
Juega los juegos donde tus habilidades naturales te den ventaja.
Ten resiliencia. Salir de tu situación actual requiere que seas implacable. No puedes ir a medias. O te comprometes con todo lo que tengas o el camino será más largo.
La elección es tuya.
- Yuban González