Hace algún tiempo, un proveedor externo estuvo acosando a una de nuestras trabajadoras.
No nos dimos cuenta inmediatamente, porque una de sus propias compañeras le advirtió que se iba a meter en problemas si hablaba, asumiendo erróneamente que podría ser despedida, además decía, iba a perjudicar al acosador y su familia.
<Esto se llama complicidad>
Sí, las mujeres también pueden ser cómplices de acosadores. No es un asunto de género.
El acoso de inicio era verbal. Si no se le pone un alto firme e inmediato, estas situaciones suelen escalar rápidamente.
De hecho sí escaló.
Cuando finalmente nos contó la situación, no le preguntamos cómo iba vestida o si le dijo algo para provocarlo, solo contactamos inmediatamente al supervisor del acosador (de una muy reconocida empresa) y le hicimos llegar todos los datos posibles: fechas, horas, lugares, detalles.
La documentación objetiva y expedita del caso es vital.
Esta persona fue removida inmediatamente del lugar y posteriormente despedida ese mismo día.
En todo momento encontramos apoyo, apertura y rapidez de acción.
No des segundas oportunidades a los acosadores. Que no se salgan con la suya.
Establece protocolos anti-acoso en tu empresa. Empieza con algo, hay mucha información en internet.
Esta guía general de la página justicia.org es muy sencilla de entender y es un buen comienzo.
Recuerda, hay muchos tipos de acoso y no solo las mujeres pueden ser víctimas de él.
Siempre habrá quien sabe y calla.
Siempre habrá quien desvíe la mirada.
Por otro lado siempre habrá quien levante la voz, quien sin miedo o con el se atreva a hacer lo correcto.
Seamos de esos.
¡Hasta la próxima!
- Yuban González