Me comeré el mundo a pesar de mi licenciatura.
Me gradué cuando al mundo le dio por acelerarse exponencialmente.
Estudié la licenciatura en administración.
En un tecnológico agropecuario.
Lo sé. Lo sé.
No fue mi primera opción pero fue la opción que tuve.
La mayoría de mis maestros fueron bienintencionados pero al no tener experiencia empresarial, su base fueron los libros.
Libros de los 80s y 90s. En copias.
Me ha costado mucho desaprender teorías que probaron no funcionar en la vida real. Y justo me gradué cuando al mundo le dio por acelerarse exponencialmente con la llegada del iPhone y el auge de las redes sociales.
Recuerdo que salía de clase de recursos humanos pensando: “¡Uff! si yo fuera gerente de tal lugar haría las cosas muy diferentes”.
Pero que diferente es estar en ese lugar. Recién salido de la licenciatura tuve la oportunidad de ser ascendido de teacher a director en unas escuelas de inglés. Me empezaron a decir licenciado. ¡No me gustaba! Además de que prefería que me dijeran por mi nombre, no sentía que me había ganado ese título todavía. Ahora mi licenciatura me es totalmente irrelevante.
¿Mi primer “manotazo” para marcar territorio como el nuevo jefe?
Despedir al ejecutivo de cobranza. “Para mejorar los resultados necesito a gente de confianza” - le dije al gerente general, un Colombiano duro para los negocios y bailarín de primera. Fue una decisión intuitiva. Aunque no tenía pruebas de ningún comportamiento indebido, tampoco tenía dudas. La verdad es que mi decisión resultó ser una excelente elección por 2 motivos: la mancuerna con la nueva ejecutiva empezó a dar excelentes resultados y el anterior quedó confirmado que estaba robando a la empresa. En ese tiempo no conocía aún la sutil ciencia del control administrativo. Era un chamaquito veinteañero en su segundo día como jefe y simplemente algo no me cuadraba. El tiempo y los datos me dieron la razón. Al tener resultados positivos, en poco tiempo estuve a cargo de otras sucursales:
En Toluca pedí un taxi para la central como acostumbraba pedir en Morelia y me llevaron a la central de abastos, no a la de autobuses.
En Mazatlán pedí por teléfono 50 lapiceros negros (Bic) y me enviaron lápices de puntillas. Creo que lo correcto era pedirlos como plumas color negro.
Aunque fuera la misma empresa cada ciudad tenía una subcultura propia y había que entender sus particularidades. Los dos ejemplos anteriores son básicos, pero tratándose del personal, aprender a comunicarte rápidamente en diferentes tipos de español ayuda a ser más claros y precisos. Al comunicarte con la gente todo importa: los tonos, los colores, las formas, los lugares, los horarios. Esto es vital para la fluidez de las operaciones.
También por aquellos años dando la vuelta por la tienda de los tecolotes compré un libro llamado El Ejecutivo Eficaz de Peter Drucker. Algunos dicen que leer te ayuda a pensar. Creo que mucha gente lee justamente para no pensar por sí mismos. Se nota en las decisiones que toman. Parecen decisiones irreales para alguien tan “letrado”. Creo que leer sirve solo si piensas por ti mismo. Si encuentras ese vínculo entre lo leído y lo vivido. No basta con hablar bonito de lo que lees sino como lo entretejes con el libro de la vida, en la experiencia diaria.
Aunque a veces escribir ayuda más que leer. De haber sabido lo que sé ahora, me hubiera tomado el tiempo para escribir un poco más. Para aclarar mi mente y tomar mejores decisiones me hubiera dedicado a escribir:
Las cosas que más me agobian.
Las cosas que puedo mejorar.
Las cosas que no estoy entendiendo.
Las personas con las que cuento.
Mis decisiones y sus resultados.
O cualquier otra no importa. Deberás tomar conciencia de tu propia situación y adaptarla para conseguir aquello que buscas. Escribe. Escribe mucho y luego compártelo con el mundo.
Creo que para avanzar con un poco más de rapidez en la vida hay que aprender mientras caminas y hacer mientras piensas. Hay que tener una mente alerta. Activa. Cuando haces las cosas buscando estabilidad se nota de inmediato en tus resultados: estables. Para una mente emprendedora eso es una micromuerte.
Cuando, quizá por masoquismo, reflexiono en esas primeras experiencias profesionales, no puedo evitar notar más errores que aciertos. Algunos relacionados con paradigmas disfuncionales de las materias que me dieron en la escuela, y algunos otros con mi falta de inteligencia emocional y poca claridad para observar la realidad tal cuál es y entender el contexto del proyecto a mi cargo. Y no, no puedo justificarme bajo el argumento de la novatez, las decisiones que toma un novato en un puesto de autoridad también tienen consecuencias.
Nada de esto fue tiempo perdido. Las experiencias te dan el temple y te forjan el carácter para enfrentar las vicisitudes de la vida.
Si así lo permites.
Yuban.
Súper interesante lo que mencionas acerca de leer, es verdad que muchas personas simplemente toman las ideas de los libros tal cual solo para demostrar que aplicar sin criterio es raro que de resultados positivos. Lo de la escritura para mí es vital, forma parte de mi día a día, es cuando se comienzan a entender las ideas, a profundizarlas, retarlas, crear unas nuevas y poder dejar nuestra contribución al mundo. Gran artículo, gracias.