Esto le pasó al primo de un amigo:
Que después de un tiempo de leer varias revistas al estilo “Quiero ser entrepreneur”, con sus ediciones especiales tipo “13,845 maneras de ganar dinero fácil”, por fin se animó a reducir sus opciones a 2 negocios para “hacer dinero en su tiempo libre”:
1. Juegos inflables para rentar.
2. Una máquina para helado suave.
La primera opción requería la compra de alguna camioneta para transportar los inflables y por lo tanto un poco más de inversión. La opción 2 supuso, solo requería la compra de la máquina, las bolsitas con helado y un pequeño espacio en el centro histórico, donde el dueño de alguna tienda de ropa o farmacia tuviera a bien querer ganarse una lanita extra rentando ese espacio de 1x1 a lo mucho. Con esa visión y a pesar de su licenciatura en administración :-D, el éxito estaba asegurado.
Habiendo ido muchas veces al centro histórico y ver que mucha gente gozaba inmensamente de caminatas saboreando deliciosos helados suaves de vainilla, chocolate o mixto, decidió que éste era el camino a seguir para su inmediato éxito económico como se lo habían prometido en las revistas.
¡Había mercado para el nuevo producto! Esa fue la conclusión. La “investigación de mercado” estaba hecha y era favorable.
Y así, se lanzó a la aventura juntando algo de dinero que tenía ahorrado junto con la aportación de su mamá que también tenía el “gusanito” por emprender. Se pidió la máquina de nieve al proveedor en un estado vecino, se compraron las bolsitas con la nieve, los conos, la cajita para el dinero, el mandil con bolsitas pal’ cambio, el banner con publicidad, los globos, las servilletas, el material para limpiar la máquina, el tupper para los....oh espera…
¿Cómo que los gastos, actividades y compras empiezan a ser más de lo que decía el flamante plan de negocio, no lo creen? Pero hay mucho entusiasmo y un negocio que poner, ¿cierto? Así que sigamos adelante:
¡Sin instalación, solo conecta!, decía la publicidad.
Ajá. En cuanto llegó la máquina de nieve, mamá e hijo corrieron presurosos y emocionados al primer tomacorriente que encontraron a la mano, solo para encontrarse con la sorpresa de que el tipo de conexión trifásica de la máquina no encaja en el mismo espacio donde conectas la aspiradora. Si estás pensando que la conexión trifásica es el “palito extra” que viene en los enchufes de siempre te equivocas. Tremenda vaina. Ni hablar. Será cuestión de hablarle al electricista y a la CFE (Comisión Federal de Electricidad) para que hagan los ajustes necesarios en la instalación. Cruzarían ese puente a su debido tiempo.
Después de esta sacudida (y ahora con un poco de duda de si tomaron una buena decisión), se lanzaron a la conquista de un espacio en renta para poner su máquina, finalmente había varias de estas máquinas por todos lados.
¿Qué tan difícil podría ser?
Pues resulta que nop, la gente no estaba ávida de una lanita extra por rentar un espacio, y nop, nadie les dijo a estos entusiastas que la mayoría de la gente que atendía estos negocios no eran ni siquiera los dueños, por lo tanto incapaces de tomar una decisión. ¿Bastante obvio, no? A veces el entusiasmo desmedido nubla nuestra razón.
Dato curioso: en un par de estos lugares que negaron el espacio en renta, de pronto al mes ya tenían ahí una máquina de nieve propia. ¿De dónde habrán sacado la idea?
Habían hecho cuentas y si vendían mínimo 150 conos al día a $6.00 (en ese entonces era el precio “sugerido”), cada día de tener la máquina parada les estaba costando ¡$900 pesos! Ganancia bruta claro.
¿Qué hacer, qué hacer?
Resulta que algún amigo tenía un localito chiquito en renta a precio especial “pa’ los cuates”. No estaba muy bien ubicado, pero considerando el costo de oportunidad y que ahí cerca había un par de escuelas se decidió abrir ahí un local propio “para aprender”. Ubicación, ubicación, ubicación reza el dicho, pero ya sabes, no hay nada que la ley de la atracción y deseos de éxito no puedan lograr.
¡No había tiempo que perder!
La mamá aprendió en tiempo récord el arte de instalaciones eléctricas y el funcionamiento de la máquina de nieve, mientras que hijo hacía malabares entre este y su otro negocio más “formal”. Hasta que por fin llegó el día de la gran apertura. Lo que toda la ciudad estaba esperando: una máquina de nieve más que no era ni de McDonald’s.
“Demos muestras de nieve para que la gente pruebe y compare nuestro mejor sabor a mejor precio”, fue la consigna. ¿De dónde salió la idea de un mejor sabor si eso es tan relativo? ¿De dónde salió la idea de un mejor precio si era prácticamente el mismo que las otras? Falta objetividad para determinar nuestros factores diferenciadores.
Resulta que los consumidores en general no están ávidos de nuevos negocios en su colonia ni de ser parte de tu éxito. Mucha gente ni siquiera volteaba a ver el negocio ni recibía las muestras. ¿Nieve gratis en una cucharita? Yo sí lo recibiría :-D
Está de más decir que el negocio no funcionó. Lo único que creció fueron los gastos. Y terminaron por cerrar. Poco después de esto se acabó la fiebre en la ciudad por la nieve suave. Solo quedaron las marcas fuertes y reconocidas. El torbellino de actividades diarias siguió su curso y la máquina quedó al olvido acumulando polvo en alguna esquina como manual de organización.
Espero que la historia no parezca pesimista. Siempre hay aprendizaje y diversión si así lo eliges, sólo pretendo mostrar algunos errores básicos que se cometieron en este emprendimiento esperando que no te pasen a ti.
Esta es una historia real. Esto pasó hace ya algún tiempo.
Y le pasó al primo de un amigo ;-)
¡Hasta la próxima!
- Yuban G