En época de pandemia, muchos emprendedores se mudaron a modalidades online pensando que era una especie de panacea para resolver sus problemas de falta de clientes presenciales.
Y los gurús de redes sociales recomendando lo mismo no se hicieron esperar.
El problema es que:
Puedes tener un negocio online y ejecutarlo terriblemente mal.
No por vender online significa que tienes el éxito asegurado:
La gente no te encuentra fácilmente online.
Tu sitio web es lento.
Tu publicidad es confusa.
El proceso de compra no es ágil.
Tu estrategia de precios no es atractiva.
No has generado confianza.
La tecnología por sí sola no resolverá tu problema.
Tengo la experiencia y los recursos intelectuales para ayudarte a alcanzar tus objetivos.
Si estás buscando elevar el nivel de tu servicio al cliente, encontrar una nueva forma de hacer las cosas, resolver los problemas que más te agobian, disminuir las quejas o capacitar al personal en técnicas efectivas de servicio, te puedo ayudar.
Las tiendas de abarrotes de la esquina tienen un problema similar al querer integrar tecnología pero con su servicio al cliente. Los proveedores de lectores de códigos de barras les insisten en que compren uno para su negocio según para llevar un mejor control de inventarios, registrar mejor las entradas y salidas de mercancía y de hecho sí lo logran, pero he visto pocos lugares adaptarse de manera ágil al cobrar usando este método, lo que resulta en filas más largas y clientes más desesperados. La tecnología ayudó a los procesos internos pero vino a meter fricción al proceso de cobro que antes era más ágil, aun cuando dependía de la buena memoria del tendero para recordar precios y una calculadora ocasional.
Lo mismo sucede en algunos supermercados con el autocobro. Ya sabes, tú mismo escaneas tus productos y haces el pago. Aunque suena conveniente, esta tecnología no está resolviendo el problema de agilidad. La gente sigue teniendo que hacer filas para pagar solo que ya no hay un cajero humano esperando para cobrar. De hecho temporalmente hay más filas en lo que la gente le va agarrando la onda a cómo funciona.
Está bien que tu equipo tenga una mejor forma de trabajo, pero aprovecha para quitarle la fricción a tu cliente y evítale la lata de andar haciendo filas.
Yuban.