¡Renuncio!
La ‘gran renuncia’ o ‘the great resignation’ es un término acuñado por el psicólogo estadounidense Anthony Klotz y describe una ola masiva de renuncias voluntarias al trabajo más allá de lo que se considera una tendencia “normal”.
Para que te des una idea, más de 40 millones de personas renunciaron a su empleo en 2021 tan solo en Estados Unidos, a veces en grupos dentro de la misma empresa. Un promedio de 4 millones de renuncias cada mes. Y la tendencia continuó en 2022.
Aunque confieso que no me he dado a la tarea de investigar el impacto de la gran renuncia en México y Latinoamérica por la falta de datos confiables, hay un consenso generalizado sobre el hartazgo y deseo en un gran porcentaje de la población de renunciar a su empleo.
Las causas de la gran renuncia son varias:
Deseo de mayor flexibilidad laboral
Pocas prestaciones sin oportunidad de crecimiento
Mayor acceso a la información
Bajos salarios y malos jefes
Sentirse desenganchados e insatisfechos
Promovidos por:
→ La pandemia, la cual le dio tiempo a la gente para reflexionar sobre su vida y carrera dándose cuenta de que su trabajo actual no es satisfactorio. Tan solo darse cuenta que podían trabajar desde casa sin tener que trasladarse es motivo suficiente para replantearse cambios importantes. ¿Para qué regresar a la oficina si así estoy funcionando bien?
→ Las narrativas en redes sociales sobre nuevas tecnologías que usan palabras como “descentralización”, “libertad financiera” y que hacen pensar que si inviertes en ellas te puedes hacer millonario y nunca más tener que responder a un mal jefe. Incluye libros con títulos maravillosos como “la semana laboral de 4 horas”.
→ El aparente estilo de vida de influencer y el deseo de llevar una vida similar de libertad y lujos. Esto es entendible desde el punto de vista del mundo de las posibilidades. Una persona prefiere por mucho ser Youtuber que recibir órdenes que no le hacen sentido.
Las cosas no han salido como se esperaban.
Todas nuestras decisiones tienen consecuencias. Según algunas estadísticas, aunque muchas personas han mejorado sus condiciones laborales después de renunciar, un porcentaje altísimo se arrepiente. Su salud mental se ha visto afectada en alguna medida sobretodo por la falta de “sentido de comunidad“ que les daban sus compañeros de trabajo. Y la falta de un cheque.
Renunciar es muy fácil pero luchar por tus sueños es una cancha de juego diferente.
A veces por buscar darle una lección a la empresa y sus malos jefes terminas autosaboteándote.
Hay que tener la cabeza fría antes de caer en tentaciones de pensar que si te unes con compañeros para renunciar en grupo darás un golpe certero a la empresa. Si renuncias que sea una decisión genuina. Porque lo tienes bien razonado, platicado con tus seres queridos y con buenas opciones frente a ti.
Creo que la verdadera intención no debe ser hacer una guerra a ver quién gana.
La gran renuncia no es una victoria de la clase trabajadora sobre la clase empresarial porque la verdad es que la gran renuncia está dejando algunas sorpresas:
Está mostrando que muchas empresas pueden sobrevivir sin tanto personal.
Espero no te parezca frío mi planteamiento. Vuelve a leer el título de esta lección si tienes dudas o te parece un texto anti-empleados. Solo me baso en la observación lo más objetiva de la realidad empresarial.
Tan solo piensa en los despidos realizados por Elon Musk en Twitter desde que tomó el liderazgo de esa empresa. Más del 50% de empleados despedidos, claro está que no renunciaron, los despidieron, sin embargo, para efectos de capital humano el caso es el mismo: menos personal.
La reducción de personal no ha impactado en los principales indicadores de experiencia de usuario de Twitter.
Por lo menos no por la falta de personal. Y así en las otras industrias impactadas por la gran renuncia: el cierre de empresas no ha crecido en la misma proporción como consecuencia de las renuncias en masa. Aunque sí ha dado dolores de cabeza.
La “gran renuncia” (y la pandemia) también ha creado un gran incentivo para la automatización. Cada vez más los emprendedores hacen menos contrataciones de personal favoreciendo la automatización.
¿Entonces la solución es prescindir de las personas?
Nop. Yo creo que siguen siendo el activo más importante para una empresa.
Y el activo más caro.
Sí, hay que cuidarlos. Solo recuerda que el fin de toda empresa es ser rentable, no contratar mucha gente.
Que las personas que formen parte de tu comunidad laboral encuentren ahí un lugar seguro para ser productivas y obtengan una justa remuneración a cambio.
En aras de buscar disminuir riesgos psicosociales y mejorar el bienestar emocional en los trabajadores, los gobiernos han implementado diversas medidas que en el caso de México le llaman NOM 035.
Un empresario genuino no necesita al gobierno que le diga que cuide a su gente.
Yo trato de hacerlo. Cuidar a la gente me refiero.
Lo hago porque antes que emprendedor soy humano.
Si, me interesa el bienestar de la gente que contrato.
Si, quiero que se sientan autorrealizados y que puedan pagar sus cuentas.
Pero también quiero una empresa rentable que pague las mías y haré todo lo necesario para mantener vivos mis proyectos. No es posible que ante la gran renuncia un empresario diga “bueno ni modo voy a tener que cerrar”.
Urge en los empresarios un cambio estructurado en su pensamiento y forma de operar, no uno reactivo.
→ ¿Cómo esperas que la gente se quede si los mandas a curso de liderazgo pero tu solo vas como oyente? Si acaso te presentas.
→ ¿Cómo esperas que la gente se sienta parte de una comunidad si les compras su mesita de ping pong pero te escondes para los temas trascendentales y las conversaciones difíciles?
La gran renuncia es un llamado de atención:
Debemos y podemos hacer las cosas mejor.
Hay mucha tela de donde cortar. Te invito a seguir la conversación con una mente clara, sin apasionamientos y con respeto.
¡Hasta el próximo miércoles!
- Yuban González