Entre el romance y la realidad de los negocios.
El verdadero aprendizaje no lo encontrarás en las aulas.
Son las 6:00 am.
Amanece lloviznado y hace frío.
El equipo de operadoras de limpieza se encuentra en la bodega preparando su material. “¡Pásame unas bolsas!”, “¡necesito más desinfectante!”, se escucha aquí y allá. Todo es un caos ordenado. Ya todos saben lo que tienen que hacer. Al paso de los minutos llueve más fuerte y no todos traen con qué cubrirse. Volteo para prestarle a Mayra mi sombrilla, pero es demasiado tarde. Su material no está. Ella se ha ido porque el deber es primero. Los alumnos quieren estudiar en un lugar limpio y eso es justo lo que tendrán. La lluvia, el sol o la gripa no serán pretexto. Miro con detenimiento alrededor por si falta algo. Planeo mentalmente la rutina del día. "¡¿Dónde puedo conseguir agua?!" me grita Andrea a lo lejos distrayéndome de mis pensamientos. El show debe continuar. Es un típico día.
Este es el comercial.
La parte romántica.
La punta del iceberg.
Esta historia también me la contaron maestros bien intencionados pero sin experiencia empresarial argumentando que una vez terminada su materia de recursos humanos II, iba a estar listo para el éxito profesional sin importar contextos, situaciones, industrias, niveles, experiencias, etc.
De hecho la historia que te conté no es falsa, pero está incompleta. ¿Quieres una mirada al ‘detrás de cámaras’?
Una de esas personas sencillamente dejó de presentarse a trabajar sin previo aviso y acto siguiente nos demandó [injustificadamente] por despido injustificado. Una práctica común y si estás en esto de los negocios el tiempo suficiente, seguro te va a pasar.
Los que más se ausentan o no cargan con su propio peso son lo que te dicen en entrevista que son muy responsables, que les urge el trabajo y por supuesto, su libro “favorito” es la biblia.
Que la gente ponga cara de que ya te entendió no quiere decir que ya te entendió. Hay que taladrar ad nauseam objetivos, visiones, actividades, procedimientos, comportamientos, etc. Hasta las cosas más sencillas a veces toca explicar con bolitas y palitos. Y luego volver a explicar.
Profesionalizar a una persona no es tan fácil como parece. Todos decimos querer ganar más o que buscamos mejores oportunidades pero no siempre estamos dispuestos al dolor del crecimiento y aprendizaje.
Mucha gente critica al empresario Ricardo Salinas Pliego por sus actitudes y forma de expresarse. No lo justifico pero sí lo entiendo. Los negocios, aunque pueden ser fuente de riqueza y satisfacción, se desarrollan en un ambiente hostil. Gobierno, proveedores, competidores, personal, todos querrán algo de ti y tendrás ataques por todos los flancos. Requieres una piel gruesa y un liderazgo fuerte si es que quieres trascender más allá de un localito en tu ciudad natal.
El mantenimiento emocional que requiere una persona suele ser alto. Tú como fundador, dueña, gerente o ejecutiva sueles tener activada tu automotivación. No todos son como tú.
Tanto el robo hormiga como el descarado son una realidad dentro de las empresas.
¿Ya te estoy convenciendo de preordenar un robot?
Las aulas no me enseñaron a enfrentar estos retos ni a lidiar con una crisis de última hora.
La vida real es la verdadera escuela. Si te atreves.
Yuban.
Es muy importante tener una actitud equilibrada entre las recompensas de tener negocios y las obligaciones y retos que encaramos, al final todo lo que produce un gran resultado, ha requerido un enorme esfuerzo.