El nuevo orden empresarial.
Seguido hago el recordatorio de que la inteligencia artificial ya está aquí.
No porque piense que todos andan viviendo bajo una piedra, pero a veces parece que no estamos entendiendo el cambio revolucionario que esto significa para nuestras empresas.
Uno de los paradigmas más grandes que los managers/founders de pymes andan cargando, es tener gente en su equipo porque los conocen desde hace mucho tiempo y ya son amigos. Son también buenas personas, pero no están entregando resultados.
Y eso es un problema.
Lo de los malos resultados, me refiero.
No estoy sugiriendo que deberías de empezar a despedir gente, sin embargo, la actitud general de los directivos ante el nuevo orden empresarial, es la de seguir haciendo negocios como siempre los han hecho.
No sabes la cantidad de agentes de cobranza que no logran sus metas de ingresos por sus malas técnicas, vendedores que les cuesta colocar una Coca-cola a medio desierto, coordinadores que se sienten productivos solo por asistir a juntas sin tomar decisiones y gerentes que creen que usar macros en Excel ya es transformación digital.
Ok, me fui un poquito por el sarcasmo.
No se trata de volverse insensible, ni de sustituir a las personas por robots.
Se trata de abrir los ojos y dejar de operar con paradigmas del siglo pasado.
Cada miembro particular de tu equipo debe ser capaz de cargar con su propio peso aportando valor claro y medible, porque mientras tú dudas si cambiar al vendedor que no logra cerrar una venta de alto calibre, hay empresas que están automatizando todo su embudo de ventas, usando agentes digitales y entrenando a su equipo para operar con herramientas que hace unos años ni sabíamos que existían.
No se trata solo de tecnología. Se trata de mentalidad.
La IA no viene a quitarnos el trabajo. Viene a quitarnos las excusas.
Ya no podemos seguir diciendo: “es que fulanito lo intenta mucho” o “ella siempre ha estado aquí y se lo merece”. Porque el mercado no premia la intención, premia la ejecución.
Entonces, ¿qué se necesita?
Líderes que se atrevan a incomodar, a tener conversaciones difíciles, a reconfigurar equipos y a tomar decisiones basadas en datos, no en nostalgias.
Necesitamos managers que entiendan que adaptarse no es opcional. Y que deben empujar al equipo hacia donde verdaderamente puedan crecer y rendir al nivel que el nuevo mundo exige.
Por eso yo no soy fan de ver al equipo como una familia.
Yo no quiero incomodar a la familia. Y los equipos de élite requieren incomodidad para crecer. Conversaciones difíciles. Feedback.
Todo esto que te cuento, es de las ideas que más críticas me genera, pero es la realidad que muchos gerentes de área no quieren ver.
Están atrapados en una dinámica donde la amistad, la antigüedad o la empatía mal entendida pesan más que los resultados.
Así, permiten que su equipo siga operando a medias, se acostumbraron a justificar la falta de desempeño con historias personales, lazos afectivos o simples buenas intenciones.
El mundo cambió. Y los negocios que no cambien con él, van a quedar fuera.
- Yuban.