No se dice “qué” se dice mande.
No sé tu caso en particular, pero a mi mis papás me enseñaron a decir mande cuando alguien me llamaba aunque ya no lo uso.
Ahora hay todo un movimiento pidiendo que los mexicanos dejemos de decir mande ya que de alguna forma nos coloca en una posición “servil” o de sumisión frente a los demás.
Tal vez sí, tal vez no.
El asunto es que en muchas culturas se nos enseña desde pequeños a reverenciar en exceso: a respetar a los mayores, a los sacerdotes, a los muertos y a darle beso a la tía Rosita aun cuando no tengamos ganas, lo cual es entendible, sin embargo, ya de adultos en nuestra vida laboral cuando exageramos las cortesías por miedo a ofender o para evitar conflictos, directamente estamos poniendo obstáculos para nuestro crecimiento e inclusive poniendo en riesgo nuestra seguridad y la de los demás por no hablar con la claridad y asertividad requerida.
Este “exceso de deferencia" y rodeos al hablar se llama lenguaje o discurso mitigado o atenuado.
Imagina esta escena en un transatlántico donde un miembro de la tripulación intenta advertir al capitán sobre un iceberg:
Tripulación: “Eh ¿disculpe capitán? Solo quería comentarle que alcancé a ver algo a la distancia igual si no está muy ocupado que pudiera venir a ver”.
Capitán: “¿Qué viste? Sé más específico”.
Tripulación: “Pues es algún tipo de iceberg o algo, igual no es nada pero de todos modos hay que checar ¿o qué? No sé si me explico”.
Capitán: “Checa bien qué es y cualquier cosa me avisas”.
Creo que ya te convencí de que el lenguaje o discurso atenuado puede ser peligroso, así que para que no choques con algún iceberg evita estas frases:
→ Matices: Creo que, más o menos, algo así.
→ Exceso de cortesía: Me preguntaba si... Te importaría si...
→ Búsqueda de validación: ¿No crees? ¿Verdad?
→ Buscar ser exonerado: Puede que me equivoque pero... Solo es una idea pero...
→ Rodeos: Estaba pensando pero no sé… quizá si fuera posible aunque.
Ahora, no se trata de irnos al otro extremo o de evitar formas de cortesía por completo. El lenguaje mitigado también es útil en algunas situaciones. El “mitigar” nuestro lenguaje nos sirve cuando estamos frente a un desconocido o alguien que en tu contexto represente una “figura de autoridad”.
Tu labor como líder es estar atento a que el lenguaje atenuado no sea utilizado como herramienta principal en la comunicación, además debes de proveer ambientes adecuados para que la gente pueda hablar con libertad y sin miedo a reprimendas o burlas.
Abre el camino para que en tu empresa predomine la asertividad.
Aprovechando si se puede claro, igual yo sé que están muy ocupados pero que me pudieran ayudar de algún modo a compartir esta newsletter para poder llegar a más personas jeje.
¡Hasta el próximo miércoles!
- Yuban González