No contribuyas a tu propia miseria.
Como profesionales, debemos ser capaces de cargar con nuestro propio peso en lugar de dejárselo al jefe. Gran parte de los problemas que enfrentamos en la empresa es debido a que generamos consecuencias negativas para nosotros mismos por actitudes pasivo-agresivas de nuestra parte.
Piénsalo de esta manera:
Alguna vez le encargaron a una asistente ejecutiva que preparara el café para una reunión. ¡Cómo es posible si soy licenciada en administración graduada con honores! Pensó ella. Al no manejar la petición con asertividad, hizo la tarea de mala manera derramando el café por todos lados, mismo que le tocó limpiar.
Situaciones similares se presentan con frecuencia porque:
-> Culpamos a nuestros jefes por nuestra situación.
-> No nos hacemos responsables por nuestros resultados.
-> No cargamos con nuestro propio peso.
Entonces sin darnos cuenta, estamos saboteando nuestro propio crecimiento y aprendizaje pensando que las consecuencias son para otros.
Hay muchos mitos respecto a la gestión de la relación con tu jefe y hoy intentaremos abordarla de una mejor manera.
1. El mérito por sí solo no hace milagros. Alguna vez en mis inicios me puse de meta “molestar” lo menos posible a mi jefe (que estaba en otra ciudad). Pensé que era un buen indicador de mi eficiencia. Entre menos tuviera que consultarle significaba que estaba administrando bien el negocio. Error. Lo único que logré fue hacerme invisible. Los gerentes no pueden estar en todos lados todo el tiempo; si no te haces notar no te ven. Esto no significa ser presuntuoso, simplemente hacerte presente.
2. No avientes changuitos. A nadie nos gusta que nos carguen problemas, pero muchas personas se molestan porque cuando se acercan al jefe con algún problema, éste los descarta o no les ayuda, es decir, no aceptan que les quieras cargar de chamba extra. Siempre busca presentar por lo menos uno o dos opciones de solución y partan de ahí. Hazte responsable por tus resultados compartiendo con él o ella lo bueno, lo malo, lo feo, y cómo estás lidiando con ello.
3. Haz a tu jefe más inteligente. Hay personas que le dan demasiadas vueltas a un asunto y todos terminan con dolor de cabeza y más confundidos. Que tu superior salga de una reunión contigo con una visión más clara de la situación. Nunca subestimes el valor de ser conciso.
¿Lo más interesante de esto? Tu jefe ansía que lo gerencíes.
Deja de sorprenderlo a cada rato con imprevistos que tú puedes resolver.
Llévale soluciones no solo problemas.
Aprópiate de sus metas como si fueran tuyas.
No tengas miedo a discrepar con cortesía y respeto. Qué falta hace esto.
Muestra tu agradecimiento cuando invierten tiempo en ti.
Hasta la próxima.
Yuban.