Atender un nicho no rentable casi me lleva a la quiebra.
Cuando tenía mi negocio de limpieza de oficinas, noté algo:
Pequeñas empresas que debido a su tamaño no necesitaban la limpieza diaria de 8 horas. Así que 4 horas 3 veces por semana les era suficiente y nadie estaba atendiendo a esos clientes.
Necesitaban flexibilidad y nosotros podíamos dárselas. Entonces, me lancé con voracidad para aprovechar la oportunidad.
El problema es que los costos operativos y los esfuerzos seguían siendo los mismos mientras mis ingresos disminuían. Verás, al atender un edificio de oficinas más pequeño con personal de medio tiempo aún se incurría en exactamente el mismo costo:
Reclutar y seleccionar al personal
Contratarlos
Capacitarlos
Pagarles sus prestaciones
Manejar su papeleo
Supervisar los resultados de su trabajo
Suministrarle los insumos de limpieza
¡Lo mismo que atendiendo un edificio con personal de 8 horas!
Definitivamente era más barato para el cliente, pero empezó a comerse nuestros márgenes de ganancia.
Ahora entiendo por qué otras empresas de limpieza no atendían a esos clientes, simplemente no era un nicho rentable.
La verdad, ni siquiera fue un asunto de negocios, dejé que mi entusiasmo y emoción tomara el control de mis decisiones.
Nos tomó tiempo revertir esta decisión y re-enfocarnos.
Aprendí de la manera difícil, no cometas el mismo error. Te dejo 3 lecciones para que no te pase:
1. Los emprendedores solemos ser muy optimistas y echados para adelante. Si no somos así francamente no deberíamos llamarnos emprendedores. El asunto es que debes aprovechar esa emoción para moverte a investigar, no para ir corriendo a abrir un nuevo local o invertir en la recomendación de tus amigos sin conocer los detalles.
Haz un pre-mortem y evalúa si vale la pena el riesgo e inversión.
2. Tómate el tiempo para meterle números. ¿Valor presente neto? ¿Costo de capital? Noo. Una tablita sencilla en Excel donde puedas visualizar con claridad los esfuerzos e insumos a invertir y los resultados que obtendrás a cambio.
Si haces un cálculo a ojo de buen cubero en tu cabeza las ideas quedan en el éter. Necesitas aterrizarlas en papel (o pantalla) para que los números te hablen.
3. Si hay un nicho desatendido pregúntate por qué. Una de las ventajas de tener competencia es que muchas empresas ya llevan años en el mercado por lo que observando su comportamiento puedes aprender mucho.
¿Por qué no atienden ese nicho?
¿Por qué no venden ese producto?
¿Por qué no agregan ese servicio?
Por algo será.
Siempre asegúrate que los números tengan sentido.
Asegúrate también que el esfuerzo valga la pena.
¡Nos vemos el próximo miércoles!
- Yuban González