Si eres manager o gerente/propietario de alguna empresa se vale que pienses que trabajas con puro incompetente.
Siempre y cuando te incluyas como el principal incompetente.
Hay un libro que seguido recomiendo a emprendedores y es “Gestión de incompetentes de Gabriel Ginebra”.
Una de sus premisas básicas además de llamarle a las cosas como son, -porque sí, todos somos incompetentes de alguna u otra forma-, es aprender a dirigir personas a diferencia de dirigir al personal.
Esta diferencia es relevante porque no es lo mismo ver al personal como un ente, que como personas individuales con nombre y apellido.
Además nos ofrece un modelo para diagnosticar incompetencias y ponerles remedio.
¿Cómo lidiar con los problemas que van desde trabajar con gente despistada, agobiada o hasta sinvergüenzas?
No hay escapatoria. Si quieres una empresa rentable o ser el mejor manager que puedas ser, necesitas aprender a trabajar y lidiar con todo tipo de situaciones que pudieran....
----Disculpa----
Me avisan de la fábrica que hay problemas con algunas personas.
Vente. Acompáñame y allá seguimos la plática.
Ayúdame con la puerta que está un poco pesada.
¿Ves a Gloria a lo lejos?
Ella opera la máquina que produce las piezas de plástico para el ensamble final del producto. No ha estado pendiente de la temperatura de la máquina porque piensa que mientras las piezas salgan bajo las especificaciones requeridas, revisar la temperatura no es una actividad crítica de su trabajo. Ella asume que la configuración predeterminada para regulación de temperatura de la máquina es suficiente.
Lo que no sabe es que las fluctuaciones de temperatura por mínimas que sean pueden generar piezas deformes o incompletas en algún momento, provocando variaciones en la calidad del producto final.
No lo hace a propósito sino que no es consciente de su error por lo que vive despistadamente feliz.
Antes de hablar con ella nos hacemos 2 preguntas:
¿Vale la pena hacerlo? Creo que la respuesta es sí.
¿Es consciente del error? Cuando la respuesta es no, la acción correcta es advertirle para hacerla consciente.
Muchas cosas en las empresas se pueden corregir simplemente hablando antes que sea demasiado tarde y costoso, explicando con calma los beneficios y el porqué tenemos la necesidad de hacer las cosas diferentes.
Muy bien, sigamos adelante caminando por las líneas amarillas que la seguridad es importante, ya casi llegamos.
¡Don Rómulo!
Es personal de limpieza. Cumple con su trabajo pero debido a su edad, ocasionalmente olvida su aromatizante y franelas en algún escritorio. No es lo más deseable pero no es grave.
A esto vamos a llamarle pecatta minuta. Corregir esto no vale la pena porque muchas veces:
→ No afecta el resultado del trabajo.
→ No tiene arreglo.
→ El esfuerzo de rectificación no compensa la mejora posible.
→ Pudiera ser humillante o penoso para la persona.
Entonces lo dejamos pasar.
Muy bien, ya casi terminamos.
Nuestra última persona a visitar es la Ing. Lorena, supervisora de producción.
Ha estado un poco molesta con el gerente de área lo cual es raro porque Lorena siempre ha sido muy amable y sonriente. Es preocupante porque además no se están cumpliendo los pedidos a tiempo y los clientes comienzan a quejarse.
Se le dejó a cargo de las 5 unidades de producción (85 personas) incluyendo el mantenimiento de las 13 máquinas modelo R-27.
Así que vamos a presionarla para que dé resultados o se atiene a las consecuencias y buscamos a alguien que sí pueda.
¡Por supuesto que no!
Tras la plática nos damos cuenta que Lorena está agobiada. Es un gran elemento pero no cuenta con los recursos necesarios y suficientes para hacer su trabajo. No le podemos exigir más a la gente sin darle más recursos.
Motivar no siempre es la solución. Ella ya está motivada.
Así que hacemos una re-distribución de responsabilidades y le asignamos recursos económicos para nuevas piezas que le permitan a la Ing. Lorena sobresalir y a la empresa ser más productiva.
Estas situaciones ficticias hacen parecer que solo basta hablar con la gente y eso sería suficiente para lograr un cambio.
No pretendo sobresimplificar el asunto. Las cuestiones relacionadas con el personal toman tiempo y no siempre se resuelven solo hablando, y a veces hay que tomar decisiones difíciles incluyendo reubicaciones, reprimendas o hasta despidos.
Como siempre te digo: ante todo, temple.
Hoy ayudamos a una despistada feliz, a una agobiada y obviamos una pecatta minuta.
¡Tuvimos un día largo pero muy productivo! Ahora a descansar un rato.
¡Hasta el próximo miércoles!
- Yuban González