Hay situaciones en la vida que son dolorosas y retadoras.
Aun así, enfréntalas con valor y decisión porque:
Siempre pueden estar peor.
Nunca sabes cuando alguna puede llevarte a la cima.
Piensa en Volodímir Zelenski de Ucrania.
De no ser por el conflicto en su país ni cuenta te das que existe.
A veces bajo las circunstancias más extenuantes es donde encuentras la grandeza.
No conozco su comportamiento a puerta cerrada. Me gusta pensar que es ecuánime con su presencia pública. Todo parece indicar que así es ya que es muy difícil fingir dado que tu lenguaje no verbal pronto te delata aún a ojos inexpertos.
Por eso me gusta el estoicismo.
Y lo practico. En lo posible.
No tanto porque busco la grandeza sino por la gran necesidad de la humanidad de contar con líderes estables. Con temple y visión.
El estoicismo como filosofía de vida nos enseña que los eventos externos no son buenos o malos intrínsecamente, sino lo son con base en nuestra reacción ante ellos, que es lo que realmente podemos controlar.
Dependiendo de tu entorno social y el tipo de contenido que consumes, la ruta que te lleva al estoicismo suele ser muy angosta.
Casi nadie habla de ella. Las probabilidades de que te enteres del último accidente carretero muy lejos de tu ciudad son mayores.
Por eso quiero poner el estoicismo en tu radar o por lo menos recordarte de su existencia.
Te dejo algunas citas del libro Meditaciones de Marco Aurelio:
Elige no ser perjudicado y no te sentirás perjudicado. No te sientas herido y no lo habrás estado.
Por la mañana, cuando sintieses pereza al levantarte, piensa: Yo me levanto para cumplir con los oficios que me competen ¿Me desazonaré, pues, si voy a ejecutar aquello para lo que nací, para lo que vine al mundo? ¿O a esto fui formado, para arrellanarme en la cama, caliente entre mis cobertores?
¡Infeliz de mí, dice uno, porque tal cosa me aconteció! No, al contrario: Dichoso yo, porque habiéndome ocurrido esto, continúo sin pena alguna, ni quebrantado por lo presente ni amedrentado por lo venidero. Una semejante desgracia hubiera podido ocurrir a cualquier otro; y éste no hubiera sabido continuar, como yo, sin apenarse.
¿Más opciones para acercarte al estoicismo? Puedes leer a Séneca o Epicteto.
Y recuerda:
Ten la resiliencia para seguir adelante a pesar de los obstáculos y la valentía para alejarte si las cosas no funcionan.
¡Hasta el próximo miércoles!
- Yuban González